Feliza Bursztyn, nace en Bogotá el 8 de septiembre de 1933. Escultora de ascendencia judía polaca, decide realizar sus obras con materiales de desecho no convencionales, como chatarra, acero inoxidable, telas y motores entre otros, creando esculturas de mediano formato con movimiento y sonido y otras monumentales. Pertenece a la primera generación de artistas colombianos que piensan en instalaciones y ambientación de espacios generadores de experiencias con el público. Realiza sus estudios en arte y escultura en el Art Students League de Nueva York y en la Academia Grande Chaumière de París. Como legado deja una profusa obra en espacios públicos, especialmente en Bogotá y en varios museos del país. Ante todo, Feliza fue ciudadana del mundo, salida del molde de las convenciones sociales y los roles tradicionales de la mujer, experta en fundición de metales y conceptos escultóricos; perseguida y criminalizada por el gobierno de Colombia sin causa demostrada.
El 6 de agosto de 1981 la escultora inició oficialmente su exilio en la capital mexicana, lejos de su familia. Su esposo se quedó en Bogotá, su madre, sus tres hijas (de su primer matrimonio) y su hermana vivían en Estados Unidos; de hecho solicitó visa a ese país para reunirse con ellas, pero le fue negada. Al llegar a México vivió en la casa de Gabriel García Márquez hasta que fue becada por el Ministerio de Cultura de Francia. Estando en México su salud se deterioró. Viajó a París a mediados de octubre, pasó el año nuevo en la casa del pintor Saturnino Ramírez, en compañía de Luis Caballero y otros amigos. En los días siguientes, Feliza y Pablo, se dedicaron a caminar y a escuchar música sacra, hasta que el viernes 8 de enero García Márquez los invitó a comer, ya que él regresaba de un viaje a España. Feliza fue al apartamento de Gabriel García Márquez y de allí salió para el restaurante en compañía de Pablo Leyva, Mercedes Barcha, Enrique Santos Calderón y María Teresa de Santos. Sentada en la mesa, en compañía de sus amigos, falleció de un infarto fulminante. El gobierno nacional nunca se retractó de la acusación que realizó de Feliza. Días después, sus restos regresaron a Bogotá donde fue sepultada.
Nos complace informarles que, gracias al generoso apoyo de la asociación sin ánimo de lucro Rawlings Tierralta Colombia, hemos organizado un campamento para nuestros estudiantes de 8°, 9° y 10° en el hermoso municipio de Chinauta.